Soy nutricionista higienista y terapeuta y para mi hidratación diaria exijo un agua de máxima calidad.

Esa calidad sólo la puede dar una destiladora doméstica pues es capaz de eliminar todos los residuos y tóxicos que contiene el agua: minerales inorgánicos (un organismo humano no los asimila. Sólo asimilamos los orgánicos. Por lo tanto, al no ingerirlos facilitarmos al cuerpo que en el proceso digestivo no tenga que eliminarlos),
parásitos (virus, bacterias, hongos, protozoos, etc.), disruptores endocrinos, agentes químicos y contaminantes (cloro, plomo, flúor, polonio, uranio y otros gases tóxicos), etc.

Una destiladora doméstica reproduce fielmente el ciclo del agua de la Naturaleza.

La primera fase de la destiladora consiste en calentar el agua y evaporarla. De esta manera los contaminantes no gaseosos quedan en el residuo seco del depósito mientras que el vapor de agua junto con los contaminantes gaseosos (cloro y otros) pasan por un circuito circular que al enfriarlos con un ventilador logramos condensar ese vapor en gotas de agua casi pura que van a parar a un recipiente recolector de agua.

La pureza total se logra colocando un filtro entre el recipiente recolector y la destiladora para que las gotas de agua se filtren.

En ese filtro hasta el día de hoy añadía carbón vegetal de coco. A partir de ahora utilizaré la zeolita, este magnífico y excelente mineral que me garantiza la absorción de todos los tóxicos gaseosos presentes en el agua.

De esta forma consigo convertir un agua de baja calidad (la del grifo o las embotelladas) en un agua de excelente calidad y totalmente pura.

Y la zeolita me ayudará en la última fase de la depuración.

Si un cuerpo humano es en un 70 % agua si no bebes agua de calidad lo normal es que tarde o temprano dejes de tener salud.

Ya sabes qué hacer para recuperarla. O para no perderla.

JOSE.